Terra Australis Incógnita: La aventura de los CRAs en la monitoría clínica.
- Dante Alducin
- 31 may
- 3 Min. de lectura
“Zeus, que guió a los hombres a pensar que la sabiduría viene sola a través del sufrimiento…”—Esquilo.
La aventura de los CRAs en la monitoría clínica: un viaje hacia lo desconocido
Un día de agosto de 1914, curiosamente el día que estalló la Primera Guerra Mundial, Ernest Shackleton zarpó hacia Buenos Aires para luego dirigirse a lo que hasta ese momento figuraba en los mapas como “Terra Australis Incógnita”, la tierra desconocida del sur. Nadie había llegado todavía a pisar el Polo Sur del planeta y aquello era una aventura tan grande y peligrosa como lo es hoy mandar naves robóticas a Marte. Así como actualmente existe una carrera para conquistar el polo sur de la luna, en esos días los equipos de exploradores competían por pisar aquel mítico punto en pleno centro de la Antártida.
Shackleton se estaba embarcando en la aventura de su vida hacia lo desconocido y lo sabía. Para reclutar a su tripulación, puso el siguiente anuncio:
“MEN WANTEDfor hazardous journey, small wages, bitter cold, long months of complete darkness, constant danger, safe return doubtful, honor and recognition in case of success.”
(Se buscan hombres para viaje peligroso, poca paga, frío extremo, largos meses de completa oscuridad, peligro constante, se duda de un regreso seguro, honor y reconocimiento en caso de éxito).

Esto tampoco está muy lejos de los job descriptions para CRAs, excepto quizá por los sueldos, que en las empresas actuales son el gancho principal.
Shackleton logró acercarse a pisar la costa antártica hasta que su nave, el Endurance, fue aprisionada por los hielos. Tuvo que descender con su tripulación y llevarlos a través del mar congelado hasta la costa, antes de que los hielos destruyeran su barco, lo cual solo pudo contemplar impotente y con horror.
Una vez allí, tenía la titánica misión de regresar con vida a su tripulación a casa, desde aquel lugar equivalente a Marte, sin barco y con solo un par de botes salvavidas. Si los alcanzaba el invierno, estaban muertos.
Entre toda su vulnerabilidad y desventajas, Shackleton tenía dos cosas que le sirvieron para enfrentar su aventura de regreso: una determinación invencible y unos cuantos mapas. De esa manera pudo orientarse y maximizar los poquísimos recursos que tenía a la mano.
Esto mismo les pasa a los monitores clínicos, que se embarcan en una aventura hacia lo desconocido. En la aventura de los CRAs en la monitoría clínica, tienen a su cargo los sitios y pueden tener la voluntad de salir adelante, pero muy pocas veces cuentan con mapas adecuados para llevar a sus estudios a buen puerto.
Existen programas en las empresas para capacitarlos, pero son deficientes y, por más que los tomen, no pasan de darles reglas que pocas veces saben aplicar en el mundo real. También existen escuelas que se suponen los preparan con cursos larguísimos, pero que quedan en lo académico y en las reglas sin enseñar cómo y en qué orden aplicar las cosas.
Por supuesto que los monitores eventualmente van construyendo su hoja de ruta, sus habilidades, y se van acercando a su destino. Pero cuánto drama, estrés, frustración y regaños nos ahorraríamos si alguien pudiera proporcionar esos mapas para navegar directo y de mejor manera.
Dominar la monitoría clínica implica poder unir puntos inconexos y ver el sitio como un todo, entender sus procesos y su secuencia para saber qué decisiones tomar y cómo proceder. Comprender esto desde el inicio puede marcar la diferencia en la aventura de los CRAs en la monitoría clínica.
Tener los mapas, las brújulas y los GPS nos hará mucho más fácil el camino; esto se traduce en herramientas que podamos aplicar en el sitio, saber qué hacer, cómo hacerlo y en qué orden.
Saber guiar nuestra nave a través de las tormentas nos hará acercarnos cada vez más a nuestra meta. A eso le llamamos acompañamiento, mentoring profesional de aquellos viejos lobos de mar que ya pasaron varias veces por esas aguas.
Tener comunicación con quienes navegan la misma ruta se llama comunidad. Siempre será un viaje mejor si lo hacemos juntos.
A toda esta ayuda en la navegación de los CRAs le llamamos Monitoring Year 01, donde aprenderán, aplicarán, serán guiados por expertos y practicarán en comunidad. Así, la aventura de los CRAs en la monitoría clínica se convierte en un viaje acompañado y con rumbo claro.
Al final de cuentas, Shackleton logró lo que parecía imposible: regresó con vida a toda su tripulación usando sus ganas y sus mapas. Ha sido tal el impacto de su odisea que hoy en día se estudia en Harvard en programas de liderazgo; esto también es válido para los CRAs que desean prepararse y llegar a buen puerto después de todo.



Comentarios