Cuando terminé la universidad lo sabía todo acerca de las bacterias, farmacología, inmunología y hasta los virus, pero nunca nadie me habló de como iniciar un negocio con lo que había aprendido. 

 

Muchos años tuve las ganas de iniciar un proyecto propio pero pensaba que aquello era para personas que tenían un MBA u otro tipo de estudios.

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Después de 9 años de carrera me despidieron de un día para otro. No fue por desempeño ni por mala actitud, sino porque me tocó la ficha perdedora en una fusión empresarial.

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Eso me hizo pensar que ya era hora de explorar nuevos horizontes y una fría noche de otoño en Hokkaido, Japón me hice la firme promesa de poner mi propio negocio.

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No tenía dinero para invertir, así que se me ocurrió que podría cobrar por algo que ya estaba haciendo sin que me pagaran: Me dediqué a arreglar viajes personalizados. Solo tuve que invertir en una impresora, un par de hojas y una página web.

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Meses después retomé mi trabajo como CRA y llevaba mi negocio a la par que hacía visitas de monitoreo, reportes y cuentas de gastos. Simplemente optimicé mi tiempo y aproveché mis ratos libres.

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Un año después me di cuenta que los bonos que daba mi empresa por hacer muchas visitas de monitoreo estaban diseñados para que fuera muy difícil cobrarlos. Me di cuenta que por un tercio de las horas que tenía que trabajar para cobrar ese bono, con mi emprendimiento ganaba el doble. 

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Para ese momento ya no era solamente yo, nuestro equipo era de 4 personas a tiempo parcial.

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Dos años después mi pequeña agencia de viajes me dio una de las experiencias mas gratificantes, me llevé a un grupo de personas recibir el año nuevo en el círculo polar; acampamos en medio del bosque helado y por la mañana montamos unos trineos de huskies que corrían como el rayo. Pensar que todo eso había sucedido por haberme atrevido a empezar me hizo muy feliz.

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A ese emprendimiento lo mató la pandemia que detuvo el turismo, pero no me rendí. Fundé Blast! Academy con 300 USD y dos computadoras viejas. Hoy, cinco años después hemos ayudado a mas de 300 alumnos en México, LATAM, Estados Unidos y Europa. Estamos expandiendo la empresa en medio de la recesión y tenemos a nuestro primer cliente empresarial.

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Te cuento todo esto para que veas que es posible iniciar un proyecto que te de ingresos extra sin importar en que punto de tu vida te encuentres, yo no tuve educación formal para poner negocios, tampoco sabía como comenzar ni pude darme el lujo de renunciar a mi empleo en un principio.

 

Tampoco vengo de una familia de empresario o comerciantes y antes de esto pasé muchos años en mi trabajo de oficina en Investigación Clínica.

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Si yo hubiera sabido lo que vas a aprender en esta clase cuando empecé mi aventura, me habría ahorrado años de errores y trabajo sin sentido. En esta Master Class te daré los aprendizajes que a mi me costaron muchos años y mucho dinero aprender.

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Si yo pude lograrlo, tu también puedes.

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Te veo en la clase.

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Dante Alducin.

Wild Wild Entrepreneur del Clinical Research.